Cuando queremos elegir un vino, ya sea en el supermercado, en el almacén o la web buscamos certificar una garantía, momento en que nuestra mente se apodera de etiquetas, nombres y cepas culturalmente conocidas para acertarle.
Sentencias que forman parte de la tradición, pero no de la realidad y que pueden llegar, incluso, a estropear la experiencia de disfrutar de un vino si nos dejamos llevar por los prejuicios que implican o suponen.
Algo imperdonable si consideramos que cada vez que abrimos una botella, ese vino está dispuesto a hacernos disfrutar del momento con sus sabores y su personalidad.
El Peregrino es elaborado bajo un proceso totalmente manual, natural y ecológico, aislado de cualquier tipo de contaminación. Sano y si pensamos que engorda, consideremos que el alcohol en una copa estándar de vino es el mismo que contiene media botella de cerveza ligera. Además, debemos tener en cuenta que el vino tiene muchas propiedades positivas para la salud, por un gran número de antioxidantes que contiene.
La etiqueta que es por lejos por lo que más nos inclinamos; donde Umpel ha recibido varios elogios, no es suficiente garantía, sino el conocerlo, su origen, en donde estuvo, saber de la cadena y aventurarse a probar. Si bien la primera botella la vende el marketing, la segunda su contenido, que es lo que nos importa en Umpel.
Elegir por región o dependiendo del día, jugar un poco y animarse a probar, la calidad que está en nuestras bodegas. Donde lo que importa como un restaurant no que vengan, sino que vuelvan.
El Peregrino, un vino pensado en nuestras tradiciones donde la historia lo acompaña y nos puede seguir en distintos momentos e infinitas posibilidades de maridaje.